¡Acumulemos beneficios!


La mera existencia, el solo hecho de vivir nos coloca ante la perspectiva de atravesar experiencias de todo tipo. Sufriremos y reiremos; triunfaremos o fracasaremos; heriremos y seremos heridos. Actuaremos con bondad o no, nos dañarán y ocasionaremos daño a otros... con intención o sin ella. ¡Es el efecto de vivir!

Ahora bien, todas estas vivencias tienen una variedad de situaciones que podremos clasificar de diferentes maneras, pero solamente con dos posibilidades de aplicación en “el ejercicio económico” que representan nuestras existencias: Pueden redituar beneficios o acumular pérdidas.

Lo que nos sucede no siempre podremos evitarlo. Pero la forma en que lo canalizamos es nuestra decisión...



El Apóstol Pablo les decía así a los filipenses:

“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor...Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien, con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia...” (Filipenses 1:12-14, 19-22)
¿Cómo podía Pablo lograr esto?

“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo...” (Filipenses 1:27)
“Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (Filipenses 2:21)
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13)
¿Por qué podía asegurar esto?

“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor...pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:1,7-8)
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4)
¿Qué beneficios le proporcionaba esto?

“Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte” (Filipenses 3:9-10)
En el caso de acumular pérdidas, éstas serían demasiado cuantiosas:

“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza, que solo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3:18-19)

Recordemos: En Dios somos más que vencedores... ¿por qué entonces, nos conformaríamos con menos?