Devocional Diario: Se busca mozo II


Hch 6.1-5

Ayer veíamos que cuando faltaron personas que sirvieran el pan en la iglesia de Jerusalén, los apóstoles pusieron una serie de requisitos que debían llenar los que ocupasen esos cargos. Hoy los vamos a examinar más en detalle. Voy a escribir el texto en otras versiones para ayudar a clarificar más el tema (Como voy a usar las siglas de las diferentes versiones te las describo ahora: RV ’95 por Reina Valera 95; RVA Reina Valera Actualizada; DHH Dios Habla Hoy; NVI Nueva Versión Internacional; TLA Traducción Lenguaje Actual)

El primer requisito era ser “de buena reputación” (NVI) “de buen testimonio” (RV ’95, RVA) “de confianza” (DHH) “en las que todos ustedes confíen, que hagan lo bueno” (TLA) Como vemos, se buscaba a hombres en los que los apóstoles y los demás pudieran descansar. Tenían que ser conocidos como responsables en alto grado.
El segundo requisito era que sean hombres “llenos del Espíritu” (NVI. Espíritu Santo aclaran las DHH, RV ’95 y RVA) La TLA dice: “que tengan el poder del Espíritu Santo”. Es decir que se tenían que caracterizar por unas vidas movidas por el Espíritu Santo. Su forma de hablar, de pensar y de vivir su fe, debían ser pruebas concluyentes de una vida espiritual fuerte.

Por último se buscaban hombres que sean llenos de “sabiduría” (NVI, RV ’95, RVA) “entendidos” (DHH) “muy sabios” (TLA) El mundo suele pensar que para ciertas tareas, no hacen falta muchas luces, A veces trasladamos eso a la obra del Señor. Pero acá, se busca gente sabia para servir las mesas. Y dice “sabias”, no sólo inteligentes, lo que nos indica que no se trata acá de que el trabajo en la obra es para los que más diplomas tengan, sino para los que saben usar lo poco o mucho que sepan en realizar su tarea. Eso es sabiduría. Y acá, en este contexto, se trata indudablemente de sabiduría espiritual. Gente que se deja moldear por la Palabra para usar lo que va sabiendo en su vida diaria.

Y estos hombres llenaron estos requisitos y fueron de bendición. Ninguno se quejó diciendo “¡con todos mis talentos yo estoy para cosas mayores!” sino que al ponerse manos a la obra en lo poco, el Señor mismo se encargó después de promocionarlos (sino, leé Hch 8.4-40)

En la práctica: Quizás hace rato que estás anhelando servir en tu iglesia ¿cuáles son tus virtudes? No te desalientes, recordá que estos hombres eran como vos y yo, en todo caso, pensá en que ellos se diferenciaban quizás de nosotros en que vivían en serio lo que decían creer. Sólo tenemos que imitar su ejemplo.