Devocional Diario: Compartiendo lo malo


Jueces 14.5-9

Por naturaleza, hay gente con más malicia que otra. En toda barra de amigos, siempre hay alguno que se aprovecha del más ingenuo del grupo para divertirse a su costa. También sucede de hermanos mayores que le hacen hacer cosas a sus hermanos menores, cosas que éstos últimos no saben que son malas.

Creo que Sansón sería de esa clase de personas a las que no le importa que otros los sigan (aún sin saberlo) en sus malas acciones. Quizás sea algún mecanismo mental de no sentirse acusados en soledad.

En los versículos que hoy nos ocupan, vemos a Sansón en una de sus proezas, matando un león con sus manos (desde su punto de vista, con las fuerzas de Dios según consta en la escritura) Pasó el tiempo, casi un año según las costumbres matrimoniales, y en el cadáver del león creció un panal de abejas, de la cual tomó para comer y que luego convidó a sus padres, no sabiendo estos de donde venía esa comida. ¿Qué es lo malo en todo esto? Una de las cosas que un nazareo no podía hacer era tocar algún cadáver, y mucho menos comer de él (Nm 6.6) Así que, al comer de la miel que estaba sobre el cadáver, estaba quebrando su nazareato de manera voluntaria. La malicia del hecho se ve en que no le dijo a sus padres de dónde venía la miel que ellos comieron, por lo que sus padres también quedaron ritualmente impuros sin saberlo. Querer casarse con alguien con quien tenía prohibido casarse y ahora comer de un cadáver y en todo, involucrando a otros en su mal, quienes participaban de manera voluntaria en un caso e involuntaria en el segundo. Compartir mi mal con otros.

El cristiano está llamado a compartir la bendición de ser hijo de Dios. A pesar de ello, podemos aún así pecar, es algo que existe en nuestras vidas y de lo que debemos despojarnos día tras día. Lo que es realmente triste es cuando hijos de Dios hacen que otros compartan su mal y no su bien.

Y vos ¿qué cosas compartís con los que te rodean?

En la práctica: Quizás no sea tu caso... O quizás si. En todo caso, ¿hay cosas que hacés en grupo que a Dios “tal vez” no le gusten? ¿Qué podés hacer para empezar a compartir cosas que sean de bendición para los que te rodean?