Devocional Diario: Una fe práctica


Entre las cosas que ayer vimos que constituían el equipaje espiritual de Ezequías, figuraba el hecho de que él “puso su esperanza en el Señor” (vs 5) Tenemos que tener en mente este factor para que podamos entender porque actuó de la manera en que lo hizo cuando vinieron los problemas.

Poner la esperanza en el Señor es descartar de lleno el poner la esperanza en lo que uno mismo puede lograr. Y siendo ciudadanos de un reino de carácter espiritual, tenemos que tener en claro que, en las soluciones a nuestros problemas, el factor espiritual (en este caso la esperanza depositada en el Señor) no debe ser algo secundario ni una herramienta para usar en emergencias, sino que debe ser todo un estilo de vida.

Las batallas a las que se enfrentan los creyentes deben ser peleadas con las armas del Señor. No por nada ya hace mucho se escribió “no es con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac 4.6b) Es la fe puesta en las cosas de todos los días. Es decir, sabemos que Dios es el Todopoderoso, que sin él no podemos y cosas por el estilo. Cantamos, vez tras vez, que nada podemos hacer sin él, pero a la hora de luchar nuestras peleas todo lo que “sabemos” desaparece y peleamos con nuestras fuerzas. No es extraño que luego descubramos que aún lo que nos causaba placer, como el servicio al Señor, se va transformando en una pesada carga.

Dejemos de luchar y pongamos toda nuestra esperanza en lo que Dios puede hacer con y a través de nosotros. Seguro que vez tras vez lo has intentado a tu manera ¿te atrevés a hacerlo a la manera de Dios? Ezequías lo hizo y le fue bien. Ojalá que podamos imitar su ejemplo y así disfrutar de una vida de victoria, que se caracterice por, a pesar de los problemas y circunstancias adversas, esperar confiados en la mano de nuestro Dios.

En la práctica:¿En qué cosas de todos los días ponés tu esperaza en Dios? Si la lista es desesperantemente corta quizás sea tiempo de comenzar tus días poniendo cada actividad que vayas a realizar en las manos de Dios.