Devocional Diario: La debilidad del mas fuerte II


Jueces 14.4

Ayer empezamos a ver el tema de la debilidad de Sansón y hoy veremos algo que escapaba a los ojos de todos, incluidos los de Sansón. El versículo que nos ocupa hoy nos muestra claramente que había alguien que iba a usar la debilidad de Sansón a favor de sus planes y ese alguien era Dios mismo.

Él había sido el que había apartado a Sansón para un servicio especial: hacer cesar el yugo de los filisteos sobre el pueblo de Dios. Sansón era la herramienta, pero de un modo en el que nadie podía llegar a adivinar. Es que Dios, que conoce todas las cosas, usa aún la debilidad del ser humano a su favor. En este caso preciso, Dios conocía al detalle el corazón de Sansón y conocía sus inclinaciones. De esa manera, sabía perfectamente que la forma en que Sansón se encargara del problema filisteo era que algo pasara entre él y ellos. Si sabemos leer esta parte del relato, nos daremos cuenta que había una especie de convivencia entre israelitas y filisteos. Siendo que Dios les había ordenado a los israelitas que no hicieran esa clase de arreglos con sus enemigos, porque terminarían contaminándose con ellos (lo que terminó pasando) tenía que haber alguna manera en que esa situación se alterara.

Y el empecinamiento de Sansón en elegir mujeres filisteas fue la ocasión propicia. Pues si seguimos leyendo la historia hasta el final, fueron esos episodios los que hicieron que nuestro héroe, más por venganza personal que siguiendo el ideal de libertad, se encargara de los filisteos.
¿Quiere decir esto que el cristiano entonces puede vivir de la manera en que quiera, total Dios se encarga de arreglar nuestros líos? No, se trata de que los planes de Dios se cumplirán con o sin nuestro consentimiento. Hasta que no le pasó eso con su esposa filistea (14.5-20) Sansón no había dado muestras de cumplir con la tarea para la que nació, de modo que Dios tuvo que hacer algo para que su plan se cumpliera. No cabe duda que si Sansón hubiera puesto su vida tras el propósito para el cual fue creado, hubiera logrado cumplir con el cometido de Dios, pero sin tanto dolor de por medio.

En la práctica: Dios te va a usar, de vos depende la manera y el costo. Siendo así, es bueno que cada día nos preguntemos que es lo que Dios quiere de nosotros en ese día y que si descubrimos que es lo que él quiere, lo hagamos.