Devocional Diario: Mundos diferentes


Hch 7.54-60

Siempre me llamó la atención la forma en que mi hermano podía dormir con la música al volumen al que él la escuchaba. Y no era que estuviera escuchando los valses de Straus, ya que lo que el escuchaba pasaba más por el trash metal o el death metal, es decir guitarras bien distorsionadas y baterías apaleadas hasta el cansancio. Para los que estábamos en casa era ruido, para él era como si nada. En ese momento él y la música eran dos mundos diferentes. El sueño podía más que el ruido.

Y si leemos el pasaje de hoy con detenimiento, veremos que la escena es del choque de dos mundos totalmente antagonistas. Si miramos el lado de la gente del Sanedrín, todo parece como esas imágenes de tornados, dónde no hay orden, sino más bien todo lo contrario. No hace falta más que mirar las frases que describen sus acciones “se enfurecían en sus corazones y crujían sus dientes contra él... gritando, se taparon los oídos y arremetieron a una contra él... lo echaron fuera de la ciudad y lo apedrearon” (54, 57, 58) Sus acciones expresaban la agitación de sus espíritus y el odio que reinaba en su interior. Les enojó el que Esteban les hiciera notar su error, y ellos, demostrando que Esteban estaba en lo cierto, negaron otra vez al Dios en el que decían creer.

Por el otro lado, lo tenemos a Esteban. Con toda esa agitación asesina en su contra, no escuchamos una queja, no vemos un acto de auto justificación ni excusas para zafar de la situación. No, en el mundo de Esteban reinaba Cristo y los ruidos de afuera de es mundo eran tan sólo eso, ruido. Con la próxima piedra podía llegar la muerte, y en ese momento el se encontraría en los brazos de su Amado. Es por eso que, al describir la muerte de Esteban, Lucas, con gran acierto, sólo escribió “Habiendo dicho esto, durmió” Durmió tranquilo, sabiendo que en el próximo pestañeo, lo primero que vería sería el rostro de aquél que dio su vida por él.

En la práctica: ¿Cuándo todo se da vueltas a tu alrededor, vos das vueltas con el mundo o te mantenés en paz? ¿Qué podés hacer, en base a lo leído, para mostrar la paz de Cristo en los momentos más difíciles?