Devocionales Diarios: Simple como una oración


Neh 2.1-4

Una de las cosa que le cuesta a muchos creyentes nuevos es el tema de la oración “No sé orar pastor” es lo que muchos dicen. Creo que la principal causa de esto se debe a que nos han escuchado orar a los creyentes más “expertos” y se han formado la idea de que la oración correcta es como la que escuchan de nosotros, con todas nuestras citas bíblicas de memoria y nuestras hermosas doxologías. La oración es un tema en esencia sencillo: es la comunicación del alma del creyente con su Padre. Y si bien hay cosas que deben formar parte de nuestra oración, no es la operación tan complicada que solemos pensar que es la oración correcta.

Para ilustrar este punto, me voy a tomar el atrevimiento de parafrasear a Christopher Shaw hablando del mismo tema ante un grupo de pastores (a todo esto, C. Shaw es autor de dos excelentes devocionales “Alza tus ojos” y “Dios en sandalias” los cuales te recomiendo)

“¿Cuándo nuestros hijos tienen necesidad de agua, por ejemplo, que nos dicen? ‘Quiero agua papá’ ¿No es así? Ellos son simples en sus pedidos. Ahora bien, ellos no vienen a nosotros y nos dicen ‘Oh padre, tu que eres el proveedor de mis necesidades, te ruego que extiendas tu brazo, que es más largo que el mío para que, de esa forma abras la canilla y pongas agua en un vaso, el que luego me darás para que yo pueda saciar mi sed’ No, ellos nos piden lo que necesitan”

Creo que el largo de las oraciones no determina el conseguir lo que se pide, sino la fe con que se haga esa oración que puede ser más bien corta (de hecho sí te tomás el tiempo de leer las oraciones que quedaron escritas en la Biblia, verás que son extremadamente cortas ¡pero efectivas!) Y eso lo sabía Nehemías, porque cuando tuvo que orar en un momento de necesidad (2.4) no dijo “Espere ahí oh rey que voy a orar y vengo”, sino que dice que “entonces (ahí, en ese momento) oré al Dios de los cielos” (2.4)

Preparó su posterior accionar con la corta y confiada oración del que sabe que el que tiene todo en control es Padre.

En la práctica: un buen ejercicio para saber si tus oraciones son lo que deben ser o si es un mero repetir frases aprendidas es hacerte esta pregunta ¿Me acuerdo de lo que oré, o pasé cinco (o diez, o veinte, lo que sea) minutos hablando de cosas de las que ahora no tengo memoria?